lunes, 20 de junio de 2016

¿Son perjudiciales los traders bajistas y habría que prohibir esta práctica?

Cuando la Bolsa cae con fuerza, los medios de comunicación hablan con frecuencia de los traders bajistas, echándoles la culpa de la caída de la Bolsa en muchos casos.
Es cierto que cuando los bajistas venden ejercen presión a la baja sobre las cotizaciones, haciéndolas caer más de lo que caerían si no existieran los traders bajistas.
Pero eso no es malo en sí mismo, ya que puede, y debe, ser aprovechado por los inversores “normales”, o alcistas, para comprar a precios más baratos de los que podrían haber comprado si no existieran los traders bajistas. También las propias empresas que están siendo “atacadas” por los bajistas pueden, y deben, comprar sus propias acciones para amortizarlas, aumentando la riqueza de sus accionistas aprovechando esa caídas “extras” causadas por los bajistas.
Por otro lado, todos los bajistas tienen que comprar lo que previamente han vendido más pronto que tarde, y en el momento de comprar provocan el efecto inverso, haciendo subir las cotizaciones.
Por eso no creo que deban prohibirse las posiciones bajistas o cortas, ya que dan liquidez a la Bolsa, que es algo que beneficia a todo el mundo, y, además, los efectos que provocan en las cotizaciones no deben verse como un peligro por los inversores normales, sino como una oportunidad para aumenta su rentabilidad.

Qué son los bajistas o cortos

Los llamados bajistas, o cortos, son inversores (más propiamente dicho, traders) que en lugar de comprar primero para intentar vender más caro después, que es lo normal, lo que hacen es vender primero para intentar recomprar más barato más adelante.
Juan compra acciones de Acerinox a 10 euros esperando venderlas a un precio superior a 10 euros. Si las vende a 13 euros, ganará 3 euros por acción (13 – 10). Esta es la operativa normal del trading, la más evidente para todo el mundo.
María vende acciones de Acerinox, sin tenerlas, a 10 euros, porque cree que van a bajar de precio. Si las acciones de Acerinox caen hasta los 7 euros, por ejemplo, María las recomprará a ese precio, y también ganará 3 euros por acción, ya que primero vendió a 10 y luego recompró a 7 (10 – 7 = 3).
Digamos que es lo mismo, pero al revés.
Con la diferencia de que es mucho más arriesgado, y es más fácil perder dinero.
Si las cosas le van muy muy mal a Juan y Acerinox quiebra, como mucho perderá 10 euros por acción, que es todo lo que invirtió. No es poco perder, desde luego, ya que es todo su dinero.
Pero si Acerinox sube a 30 euros, María perderá 20 euros por acción, que es el doble que Juan. Si tenían el mismo dinero, María ha perdido todo su dinero y otra cantidad similar (por ejemplo, si tenía 5.000 euros ha perdido 10.000 euros).
El riesgo de María es mucho mayor, ya que las pérdidas de Juan están limitadas y las de María no lo están. Pero es que, además, es mucho más frecuente, pero muchísimo más, que las cotizaciones de las empresas se multipliquen por dos o más veces que que las empresas quiebren. Luego no sólo está en contra de María la teoría, sino también la práctica.
Operar a la baja es una actividad muy arriesgada, nada recomendable para el inversor medio.

Qué son las participaciones preferentes y para qué casos son adecuadas. ¿Son una estafa?

Las participaciones preferentes son un híbrido entre la renta fija y la renta variable, ya que comparten características de ambas, sin llegar a ser ni renta variable pura ni renta fija pura.
Las participaciones preferentes no suelen tener vencimiento, por lo que se les llama “perpetuas”. En principio esto puede sonar raro, pero en realidad no lo es, ya que es lo mismo que sucede con las acciones, los inmuebles, los cuadros, etc. Todas estas cosas son de quien las compra, hasta que esa persona decide venderlas. Y si no las quiere vender, seguirán siendo suyas toda su vida, y pasarán a sus herederos cuando fallezca.
Suelen dar un interés fijo, o referenciado a alguna variable, como sucede con los depósitos bancarios, los bonos, etc. Aunque si la empresa que emite las participaciones preferentes pierde dinero, puede dejar de pagar ese interés mientras pierda dinero. Esto no sucede con los depósitos bancarios, pero sí puede llegar a suceder con los bonos.
Si se quieren vender las participaciones preferentes, se pueden vender, pero hoy no sabemos el precio al que se podrán vender mañana, o dentro de X meses o años. Igual que sucede con las acciones, los inmuebles o los cuadros, cosas que tampoco sabemos a qué precio podremos vender en el futuro.
Esto supone que la rentabilidad total que consigue un inversor en participaciones preferentes depende dos cosas:
Los intereses que cobre
La diferencia entre el precio de compra y el precio de venta
Los intereses cobrados son siempre una cifra positiva, o en el peor de los casos cero, pero nunca pueden ser una cifra negativa.
La diferencia entre el precio de compra y el precio de venta sí puede ser positiva o negativa. Si es positiva, la rentabilidad total aumenta, y puede llegar a ser muy superior a la de los intereses cobrados. Y si es negativa, la rentabilidad total puede llegar a ser negativa, ya que al vender las participaciones se puede llegar a perder más dinero del que se cobre con los intereses.
Como ve, comparten características de la renta variable y de la renta fija.
¿A quién le pueden interesar las participaciones preferentes?
Al ser un producto un tanto complejo, creo que no son adecuadas para inversores con pocos conocimientos. Sí me parecen interesantes para algunos inversores particulares con buenos conocimientos financieros, y para empresas aseguradoras, fondos de inversión, planes de pensiones, etc.
¿Son una estafa las participaciones preferentes?
No, en absoluto son una estafa. De hecho, muchos inversores con pocos conocimientos han obtenido en muchos momentos con las participaciones preferentes rentabilidades superiores a las que habrían obtenido en depósitos bancarios, por ejemplo.
Lo que es una estafa es vender participaciones preferentes de una empresa que está quebrada, o cerca de quebrar, sin advertir a los posibles compradores de dichas participaciones preferentes de esta situación de quiebra, o posible quiebra.
Igual que es una estafa vender acciones de una empresa quebrada ocultando este hecho, o vender un supuesto cuadro de Goya que no está realizado por Goya, o vender un piso cuyos cimientos están a punto de derrumbarse ocultando esta importante información sobre el estado de los cimientos.
En España, algunas cajas de ahorros quebradas vendieron participaciones preferentes en grandes cantidades a personas con pocos conocimientos financieros y, además, ocultándoles la situación de quiebra de la caja de ahorros que emitía dichas participaciones preferentes. Estos hechos se pueden calificar de estafa, de la que deberían responder los políticos y sindicalistas que gestionaban dichas cajas de ahorros quebradas. Pero todo esto no supone que las participaciones preferentes sean una estafa en sí mismas, ya que en absoluto lo son.
Son un producto complejo poco adecuado para la mayoría de los inversores, pero no son una estafa.

Qué son los hedge fund y a qué inversores pueden interesar

A los hedge fund se les suele llamar en España fondos de alto riesgo, aunque su traducción literal es fondos de cobertura.
Hay tantos tipos de hedge fund que en algunos casos es más adecuado el término “alto riesgo” que “cobertura”, y en otros casos es al revés.
Los hedge fund son fondos de inversión, muy similares a los fondos de inversión normales y corrientes.
La diferencia entre los hedge fund y los fondos de inversión normales es que en los fondos de inversión normales los gestores tienen que cumplir unas normas más rígidas, y en los hedge fund los gestores tienen mucha más libertad para tomar sus decisiones.
¿Y es bueno o malo que los gestores tengan más libertad?
Pues depende de lo buenos que sean los gestores, y del acierto de sus decisiones. En algunos casos es bueno, y en otros puede suponer pérdidas importantes para los inversores del hedge fund.
Por ejemplo, en un fondo de inversión normal que invierta en el Ibex 35, los inversores de ese fondo están seguros de que en todo momento van a estar invertidos en acciones del Ibex 35, y en el porcentaje de renta fija que estime el gestor, dentro de los límites que marque la Ley. Esos inversores saben que su dinero no va a estar en empresas chinas o uruguayas, ni en zinc o cacao, por ejemplo.
Un gestor de un hedge fund sí podría pasar de invertir en acciones españolas a invertir en cacao, y de cacao a empresas chinas, y de las empresas chinas al oro, etc. Y, si acierta, la rentabilidad puede ser muy alta. Pero si no acierta, las pérdidas pueden ser cuantiosas, e irrecuperables.
Hay hedge fund que se crean para gente que quiere correr grandes riesgos, y otros que se crean para correr un riesgo muy bajo, con todas las posibilidades intermedias que a uno se le ocurran.
Por eso creo que los hedge fund sólo son adecuados para inversores que tengan bastante experiencia y conocimiento, ya que hace falta tener bastante de ambos sólo para entender en qué consiste cada hedge fund, y cuál es el riesgo real que se corre al meter el dinero en cada uno de ellos.
En cuanto a rentabilidad, la variación entre unos y otros también es muy grande, pero no parece que, en conjunto, tengan unas rentabilidades espectaculares. Entre otras cosas porque los hedge fund suelen tener unas comisiones muy superiores a las de los fondos de inversión normales y corrientes.
Creo que su dinero estará mucho más seguro en acciones de empresas sólidas que en hedge funds.